miércoles, 25 de noviembre de 2015



En el número 16 de la Revista Alcores podéis encontrar este artículo mío:

"El anticlericalismo de la cerilla y la gasolina: la quema de conventos de mayo de 1931 en Madrid"
Manuel SEGÚN ALONSO 

lunes, 16 de noviembre de 2015

Elena Alonso García: Mi madre (1944-2015)


Elena Alonso García: Mi madre.

(Valdeprado-Pesaguero 8/4/1944 - Madrid, 8/8/2015)

Hace unos pocos días, el 8 de agosto, una embolia pulmonar me arrebató a mi madre. Dejé de disfrutar de su presencia. Con ella  se marchó un trozo de mí. Me quiso sin límites como a mis hermanas, a sus nietos y nietas. La quise como sólo se puede querer a una madre. ¡No hay consuelo para la pérdida de una madre! ¡cómo duele la orfandad! He perdido mi raíz, lo que me ataba a la tierra. Ahora tengo que aprender a vivir si ella. Pero ¡Qué triste es pensar que voy a estar sin verla y oírla el resto de mi vida!.
Podría hablar de la enfermedad que la acompañó durante años, del miedo a la gente o de tantas otras cosas que la paralizaba y no la dejó ser libre. Pero no, no quiero hablar de tristeza sino de Ejemplo con mayúsculas, de Amor. A mi madre le debo todo lo bueno que pueda haber en mí, mientras que todo lo malo, es pese a ella.

 Mi madre fue una luchadora, una de esas madres que hicieron que la vida de prole fuera menos dura, defendiendo su futuro. Con su trabajo silencioso, buscó nuestra felicidad. Recuerdo su miraba, su sonrisa, sus besos, su constante preocupación por todo lo que nos pudiera acontecer, su eterna desesperanza y sus miedos. Ni estaba predestinada, ni merecía lo que le tocó vivir.

 Cuando estaba en su final, y viendo que ya no despertaba y no podía hacerlo, le pedí una última cosa, que fuera hacia  la Luz. Espero con toda mi alma que cuando vea yo la Luz, esté ella esperándome para acompañarme por siempre en la Eternidad.

Te quiero Mamá y te añoro como el primer día.

lunes, 13 de abril de 2015

14 de Abril de 1931 en Madrid


Acababa de entrar la primavera aquel martes 14 de abril de 1931, fecha de la proclamación de la Segunda República. Multitud de viandantes caminaban por el centro de la capital. Parecía un día de verbena. Muchas de esas personas, llevaban prendidas con alfileres banderas tricolores que se repartían de forma espontanea por las calles. Algunas transeúntes llevaban gorros frigios sobre sus cabezas. Otras mujeres se afanaban por coser banderas tricolores que se habían convertido en símbolo de la República y que pronto adornarían los balcones de muchos edificios madrileños.

Pasquines repartidos desde la Casa del Pueblo anunciaba la inminente proclamación de la tan esperada República. Muchos taxistas llevaban escarapelas tricolores y banderas rojas que colocaban en las ventanillas de los autos. A su paso, por ese Madrid florido, eran saludados alegremente por madrileñas y madrileños que eran respondidos por los cláxones.

Todo un clamor que nadie podrá olvidar y para muchos el día más feliz de su vida: “Todo Madrid rebosaba alegría... Cantos, abrazos y besos.  ¿Besos? Sí, la gente se miraba a los ojos, se cogía de las manos y se besaba alborozada... pero, sobre todo, se quería. Aquel 14 de abril, la gente en Madrid se quiso como nunca".

El edificio de Correos y Telégrafos, hoy sede del Ayuntamiento de Madrid, en Cibeles, fue el primer centro oficial madrileño donde ondeó la bandera tricolor, a primera hora de la tarde. La multitud comenzó a concentrarse de forma espontanea en la Puerta del Sol, donde estaba el Ministerio de Gobernación, actual sede de la Comunidad de Madrid.

En esos momentos estaba reunido, muy cerca de allí, en la casa de Miguel Maura, el comité Revolucionario, aquél que meses antes había nacido en San Sebastián y que representaba a la mayor parte de las fuerzas republicanas españolas. Sus componentes decidieron dirigirse al palacio de Gobernación pensando que serían detenidos. Un acto más de patriotismo que aquellos hombres hacían por su amada España.

Miguel Maura llamó a la puerta de Gobernación diciendo: «Señores, paso al Gobierno de la República». Tras traspasar sus puertas comprobaron incrédulos que los guardias civiles no solo no les detenían sino que se cuadraban a su paso. Desde el balcón de ese edificio que mira hacia la puerta del Sol y señala el kilometro cero de España el gobierno Provisional de la República se dirigió por primera vez al pueblo. Oficialmente España ya era Republicana.

¡VIVA LA REPÚBLICA!